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Desde su construcción, la magia de La Casa enamoró a propios y extraños. Así nació la idea de hacer crecer el hospedaje para que más personas pudieran disfrutar de la experiencia de convivir con el bosque nuboso. Hoy, sigue siendo el centro neurálgico de la reserva, en donde todos los caminos convergen.
Para entender la belleza de estos espacios, le presentamos, uno por uno, cada rincón:
Tan solo hablar de la chimenea nos remite al calor con el que nos cobija la sala central. Un espacio de La Casa con una vista impresionante a la catarata Gocta. Decorada con la fina curaduría de quienes la han habitado desde un inicio, nos invita a sentirnos plenamente cómodos mediante la lectura, los juegos de mesa, los momentos compartidos con otros visitantes, o incluso estando solos y mirando hacia afuera, para que su magia nos invite a mirar hacia adentro con calma y paz.
Bordeando la sala hacia el norte, mirando directamente a Gocta, sobre las copas de los árboles, se encuentra nuestro deck, una terraza de madera volada con espacios individuales para sentarse a leer u observar las aves y con una amplia sala arbolada donde recibimos a nuestros huéspedes a su llegada.
También se encuentra allí el comedor principal, un lugar fundamental para conocer nuestra propuesta gastronómica y que, con su vista directa al huerto, ayuda a entender nuestra visión circular de la alimentación: del huerto a la mesa.
Es nuestro comedor campestre, ubicado al pie de La Casa y situado estratégicamente al lado del huerto de frutos y hortalizas. Cuenta con su propia cocina, en la que destaca un gran horno de barro. Nos permite sorprender a nuestros huéspedes con propuestas que nacen de manera permanente de nuestra cocina viva.
Es un espacio diseñado para compartir las experiencias de una jornada que probablemente se inició al amanecer con la visita al refugio de los gallitos de las rocas y prosiguió con una caminata hasta la segunda caída de Gocta. Una mañana vibrante que culmina en esta mesa larga, decorada con los productos de la tierra, en la que se comparte una comida vigorizante y las animadas conversaciones se prolongan hasta bien entrada la tarde.
Sin intermediarios, precio mínimo